Habita solitario en cualquier rincón
sucia y transitada esquina sin mapa
dando esquinazo a las prisas
viaja en el tren de la vida
sin andén, sin vía ni estación
hoy aquí y mañana…
mañana será otro día, otra etapa
sin más compañía que el cartón
en forma de vino y manta
que convierte frío en hipo
y pesadillas en sueño y calma…
miles de kilómetros a su espalda
senderos de asfalto y barro recorridos
y en cada cruce de caminos
un monólogo, una charla
sin amigos, sin camaradas
con el negro de su sombra habla
de noche junto a una hoguera
pies negros y cansados
con el sentido perdido
corazón sin norte ni sur
y como brújula su torpe latido
solos él y su vida solitaria
buscando un socorrido cobijo
y un cigarroque fumar
cada día
cada noche
no hay calendario para su pesar…
en su cuello un crucifijo
en el alma la espina del olvido
de su mujer y dos hijos
amasijo de recuerdos
fin de un amor sin acuerdo…
y en su bolsillo una armónica
que saca en cada ‘Calle Soledad’
y un suave y triste blues toca
acariciando su hambrienta boca
es la banda sonora de cada ciudad
nunca habla, nunca pide
con ojos vivos siempre sonríe…
está en tu pueblo y en el mío
estará allá donde mires
¿dónde parará a descansar?
¿dónde estará su final?
...
Me despierto
me apresuro
desayuno
cereales, zumo
tostadas de pan
hay que ir a trabajar
traje y corbata
odio mi profesión
coches y atascos
estrés y tensión
¡qué asco de ciudad!
la vida sube
España va mal…
en el atasco
las noticias de la radio
me acompañan a diario
“encontrado muerto un indigente
en el extrarradio de la ciudad
52 años y aún sin identificar
sólo llevaba en su bolsillo
una pequeña armónica de Blues
con un nombre grabado, Jesús”
D.e.p.