"...Que el corazón no se pase de moda, que los otoños te doren la piel, que cada noche sea noche de bodas, que no se ponga la luna de miel. Que todas las noches sean noches de boda, que todas las lunas sean lunas de miel..." J.Sabina
A Ana...
El día se viste de blanco, de blanco como paredes recién encaladas en un hogar por cimentar,
de blanco como la noche de antes, en la que el insomnio se enreda en el amanecer de nuevos proyectos,
de blanco como cada beso que vestirá cada mañana esos labios.
Y tu día se viste de blanco,
de blanco, de blanco tu día…
--- te deseo todo un mundo donde poder elegir lo mejor para que cada día inventes el mejor de los días... ¡Qué seais muy muy felices! --- Sabina y Serrat -"Noches de boda"
Desordenando un poco el orden que tengo en los papeles encontré algo que escribí hace muchos tiempo ya...lo rescato y lo dejo por aquí...en cualquier caso, como siempre he dicho, lo que aparece y parece en este blog siempre es pura ficción, ¿o no?...
Puta tristeza la que se pega en la piel con cada despedida,
el adiós que se anuncia al doblar una esquina, al cerrar los ojos, o en la barra de cualquier bar,
el frío que se cuela por la ventana al romperse el cristal...
puta la poesía del último beso en la Terminal, del verso que se congela cuando ella se va...
La espera se hace larga, se tensa y tiembla el tiempo que no termina de romperse y el hielo se deshace en unos labios que olvidaron pronunciar la palabra amor.
Todos se marcharon -él también- y te quedaste sola esperando el milagro de la memoria encendida, del tiempo de paseos sobre firmes adoquines bajo faroles grises que imitan a los de gas, de las noches en las que las fachadas eran azules y los gatos espectadores de tu sueño desnuda de cuentos.
La espera se hace larga, todos se marcharon -yo también- y te quedaste sola esperando el milagro…
Hoy muchos de los hoteles cerraron, no hay cafés que amarguen la soledad, la ciudad parece el andén de una estación, no hay carteles de conciertos, ni plazas, ni mayos por usurpar, y las sábanas ya no recuerdan el final de una madrugada de revolución.
Soplan la luz y dudas de tus sentidos y a cuál de tus siete vidas regresar.
Por si alguien lo dudaba, seguimos vivos, atentos a lo que queda por descubrir, por venir, intentando levantar un nuevo horizonte ese que hace tiempo perdió la verticalidad dejando desnudo al que se miraba al ombligo, al que culpó de su mal al golpear del infortunio, al valiente cobarde que no quiso amar por miedo a vivir …que tontería, por miedo a vivir.
Y seguimos vivos porque cada día que transcurre es un recuerdo que inevitablemente late, una huella bajo la piel, bajo los huesos, una enredadera de neuronas excitadas, un nudo de lenguas, el sabor de la palabra en la boca y del bocado del beso a la manzana, una saliva de salivas, piel de pieles y sábanas arrugadas, un anónimo tequiero en el andén del metro entre canciones de anónimos músicos callejeros.
Y seguimos vivos porque conseguimos sobrevivir al rencor, a la distancia tan cercana como las letras de un nombre, al silencio que borró aquellos inviernos en los que una mirada curaba del frío y la soledad, al miedo a reencontrarse en una calle sin salida, a los viajes sin el equipaje de quien, no hace tanto, era nuestro copiloto en los amaneceres… en definitiva, por si alguien lo dudaba, seguimos vivos porque logramos sobrevivir a la fugacidad del tiempo, a la misma vida.
Y hablando de mi, sigo vivo, claro, mientras a mi paso vuelan las palomas en esta calle de Madrid donde creo haber sobrevivido a otras cien vidas y a una de ellas sin ti...por miedo a vivir
...que tontería, por miedo a vivir.
Ismael Serrano- 'Balance' - del CD 'Acuérdate de vivir'
Hago balance y repaso viejas fotos. Ya no soy aquel muchacho con relámpagos en los ojos.
Conservo miedos por los que aún debo cantar. Aún siento el vértigo helado al echar la vista atrás.
Aún me emocionan viejas luchas, el “No pasarán”. Me duele América. Amo viajar. Sueño y milito en tu risa, en la amistad. Leo tebeos. Odio madrugar.
Aún creo en la utopía y no soy el mejor hombre. Reconozco que me cansa dar siempre explicaciones.
Quiero que sepas que, aunque arrastro mis fracasos, si quieres contar conmigo, aún guardo fuego en mis manos.
He aprendido a hacer maletas y a comer solo. A reparar espejos rotos. Sé del tesoro de las cosas más pequeñas, no siempre sé lo que tiene urgencia.
Hago balance. Queda todo por hacer. Si tú quieres te acompaño. No soy más que lo ves.
Os dejo la Intro (genial) y la canción "Recuerdo" de Ismael Serrano sacada del DVD "En un lugar soñado" grabado en el Gran Rex de Buenos Aires. Impresionante canción.
Me levanto temprano, moribundo. Perezoso resucito, bienvenido al mundo. Con noticias asesinas me tomo el desayuno.
Camino del trabajo, en el metro, aburrido vigilo las caras de los viajeros, compañeros en la rutina y en los bostezos.
Y en el asiento de enfrente, un rostro de repente, claro ilumina el vagón.
Esos gestos traen recuerdos de otros paisajes, otros tiempos, en los que una suerte mejor me conoció.
No me atrevo a decir nada, no estoy seguro, aunque esos ojos, sin duda, son los suyos, más cargados de nostalgia, quizás más oscuros.
Pero creo que eres tú y estás casi igual, tan hermosa como entonces, quizás más. Sigues pareciendo la chica más dulce de la ciudad.
Cuánto tiempo ha pasado desde los primeros errores, del interrogante en tu mirada. La ciudad gritaba y maldecía nuestros nombres, jóvenes promesas, no, no teníamos nada.
Dejando en los portales los ecos de tus susurros, buscando cualquier rincón sin luz. "Agárrate de mi mano, que tengo miedo del futuro", y detrás de cada huida estabas tú, estabas tú.
En las noches vacías en que regreso solo y malherido, todavía me arrepiento de haberte arrojado tan lejos de mi cuerpo.
Y ahora que te encuentro, veo que aún arde la llama que encendiste. Nunca, nunca es tarde para nacer de nuevo, para amarte.
Debo decirte algo antes de que te bajes de este sucio vagón y quede muerto, mirarte a los ojos, y tal vez recordarte, que antes de rendirnos fuimos eternos.
Me levanto decidido y me acerco a ti, y algo en mi pecho se tensa, se rompe. "¿Cómo estás? Cuánto tiempo, ¿te acuerdas de mí?" Y una sonrisa tímida responde:
"Perdone, pero creo que se ha equivocado". "Disculpe, señorita, me recuerda tanto a una mujer que conocí hace ya algunos años".
Más viejo y más cansado vuelvo a mi asiento, aburrido vigilo las caras de los viajeros, compañeros en la rutina y en los bostezos.
Se quiebra mi espalda como el soplo al diente de león, como aquel mayo que no quiso nacer, como el beso en descampados de mentira.
Y junio avanza buscando el hielo que enfríe el recuerdo de tu rostro, amenazando noches de insomnio, enredadera en una columna vertebral que ya no sabe sostenerte.
El camino se hizo largo sin ti, los viajes meros expedientes desprovistos de deseo, y ahora, de nuevo, se quiebra mi espalda y con ella el fin de una primavera, como todas, antesala de nada.
Otras ciudades, nuevos vientos y tu mirada surcando las dudas que viajan junto al insomnio de un equipaje de mano,
ondean banderas de otros lugares, tus pies descansan de la rutina del hotel sin nombre, de lo cotidiano del ir y venir por las mismas calles, y otras lenguas se enredan a la tuya como la distancia lo hizo un día en mis pasos.
A lo lejos se oye un buzuki y el azul de junio anuncia otras ciudades, nuevos mares, tu nombre,
y junto al muelle alguien sopla un diente de león que anida en la estela de tu viaje.