Miro el mapa
y nuestros fríos
tiritan a un par de centímetros.
Cuestión de escalas
o de echarte tanto de menos.
Hace tan solo una eternidad
estábamos planeando un viaje
y ahora sólo recuerdo las cosas
que no ocurren,
cada uno de los nombres
que pronuncié para amarte.
Es posible que jamás
coincidiéramos en la primera cita,
ni que encontrásemos
madrugadas bajo la lengua,
quizá mis manos nunca volaran a buscarte.
Y llega de nuevo
el otoño de perchas vacías,
de camisas cansadas de huir,
de fríos a un par de centímetros
mientras en el puerto
los buques de guerra
aprenden a amar.