Podríamos inventarnos un océano
a medio camino entre tu barrio y el mío,
hacer del otoño una búsqueda
de islas sin nombre.
Podríamos adivinarnos en la plaza
y bajo los soportales abrir los paraguas
y planear huidas,
suspirando lluvias y charcos.
Podríamos hacernos otoño con el otoño,
dejarnos caer las hojas que nunca escribimos,
hacer del marrón un color que respire,
o del gris del cielo,
el más azul de los grises.
Y nos dijimos que mejor no pensar
más allá de nuestros nombres,
que los calendarios mienten
y sólo se inventaron
para acelerar el paso del tiempo,
que quizá nos equivocamos de piel,
de año y hasta de vida ...
...que se nos van los aviones,
pero en otoño podríamos,
juntos, podríamos...