lunes, 29 de octubre de 2018

.: Ciudades:.

Día 302 del año.
Otra semana y parece que arranco de dos en dos las hojas del calendario.
En la de hoy leo la cita del día a pie de página:

"Una era construye ciudades.
Una hora las destruye".
Séneca

Me alejo por el subsuelo de Madrid y pienso en ti y cómo construimos nuestra ciudad.
Esta es nuestra era. Sin prisa. Esperándonos al doblar cada esquina, fotograma a fotograma, rozándonos, bebiéndonos, planeando huidas. Cada una de nuestras horas son indestructibles y nuestra ciudad, un fortín.
(Séneca se suicidió. No vió destruir el Imperio Romano, el mismo que le condenó).

Otra estación espera mientras duermes.
La maleta siempre llena de ti y de tu oxiticina, de pantalones vaqueros desgastados, de otoños e ibuprofenos, de tu abrigo.
'Hace frío ahí afuera, abrígate', me decías. Y sigo con esta maldita tos que siempre aparece cuando no estás cerca.

Próxima estación -otra vez- Chamartín.
Los viajeros bostezan entre olor a café y sonidos de whatsapps esperando el anuncio de su andén. Algunos esperan noticias de aquel amor junto al que levantaron su ciudad, otros tratan de olvidar como cayeron sus torres, otros, kamikazes enamorados, buscan en los lavabos instantes para respirar.
Miro a los ojos de la gente y trato de adivinar su historia, su momento de gloria, su caída.
Me doy cuenta que a veces ni yo mismo se nada de mi.

Por megafonía destinos que se cancelan por esta ciclogénesis explosiva que nos sorprendió sin apenas avisar. Pienso que hoy el mejor destino sería bajo tus sábanas y, entre tus piernas galácticas, aparecer de repente y provocar nuestro propio ciclón explosivo, cancelar todos los viajes, parar el planeta, poner en marcha nuestro instinto kamikaze y romper todos los relojes.

Pero el tren, puntual, obedece órdenes y comienza a volar. No sabe de sueños. No nos conoce ni se apiada de los planes de huidas al mar. Sigue su ritmo sin mirar atrás.

Espérame, amor, regreso pronto.

Seguiremos construyendo
nuestra ciudad.
Sin prisa.
Esperándonos
al doblar cada esquina,
fotograma a fotograma,
rozándonos,
bebiéndonos...
   planeando 
       huidas...

viernes, 19 de octubre de 2018

.: Acaba el miércoles :.

Acaba el miércoles y permanecen en mi retina los cambios bruscos de paisaje, el estrépito al atravesar montañas, el tapiz del cielo, la niebla baja, mis bostezos, la cápsula de ibuprofeno, tu nombre.
A mi lado un ipad muestra noticias financieras (el IBEX35 baja -0,85%, Bruselas da el visto bueno a los presupuestos), hojas excel con forma de dragones de dos cabezas y e-mails a clientes impacientes, sus bostezos, la tristeza en las teclas de su Mac. Me pregunto si hoy le esperará un abrazo de bienvenida, si podrá dormir sin soñar en gráficas apiladas y números riéndose y escupiendo fuego.
En frente tres dígitos indican que volamos a ras del suelo y al lado un monitor proyecta imágenes de una película serie B japonesa de ciencia ficción sin volumen.
“Auriculares, ¿desean auriculares?”.
Aparto la mirada y recuerdo la tuya. Eso si es pura ciencia ficción.
Saco el móvil para recordarte en aquella foto bailando en la arena de una playa del sur. Éramos los únicos habitantes del planeta planeando viajar en busca de nuevas playas donde bailar. Aquí, hoy, no hay arena y se te hace tarde, tu jornada y heridas te esperan y caminas con prisa pensando en si la cápsula aterrizó en mi inflamación, si todo esto merece la pena.
El viaje continúa, como continúa la vida, el paso de las estaciones, los viajes espaciales, nuestra colección de fotografías... a una velocidad de vértigo.
A mi izquierda, mi reflejo en el cristal laminado acústico y de espesor asimétrico. La pegatina de Ventana de Socorro, me tranquiliza.
Me salva de las distancias.

sábado, 13 de octubre de 2018

.: Bajo la mesa :.

Haikú


Bajo la mesa
explosión atómica,
nuestras rodillas.