¿podríamos hacer de las horas
la lengua
que recorra el reloj
de tu vientre,
detenernos en los intervalos
que suavizan
la impaciencia,
y en nuestras bocas instaurar el reino
donde se
precipiten las imágenes?
Nada más fácil
que recrearse en el tiempo,
si tú estás.
Precioso.
ResponderEliminarMe encantó.
ResponderEliminarHola Antonio!!!
ResponderEliminarMuy sensual poema, me imagino un enorme reloj,deteniendo sus agujas a cada segundo para recrearnos en el amor.
Una imagen cautivadora.
Me alegro de verte, qué tal el verano??
Un abrazo sin tiempo!!!!
Si señor, hermoso poema.Un abrazo, Antonio.
ResponderEliminarMuy bueno.
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