Esta meditada presencia
suaviza la respiración,
como las despedidas
como las despedidas
interrogan al billete de tren
en el bolsillo,
no hay amor
sin viajes sin vuelta,
ni cicatrices sin la herida
de la palabra resbalando
por el pómulo,
con las manos llenas de desvanes
y los ojos con el humo
de la derrota anunciada
podríamos fundar nuevas rutas
sin caer en el silencio
que reclaman nuestros errores,
a menudo confundimos el horario
para robar el perdón
y cruzamos la calle de una memoria
que recuerda quiénes somos,
y sólo quiero existir aquí
-donde me puedes leer-
mientras invento un nombre
que anuncie tu presencia...
Aquel vestido te hacía más joven,
y hoy envejezco al recordar
el color de sus botones.
Funambulista - Quédate
"...Quédate, hagamos todo como la primera vez
Esperaré mojado en la estación de tren
Mordiéndome las ganas de querer saber, si saldrá bien
Tu quédate..."