Las aceras resbalan,
el barrio entero es una huella
que perdurará un instante,
el necesario para grabar
en la retina este domingo
y conservarlo.
Vuelve a nevar en Madrid.
Los peatones cruzan la ciudad
con la torpeza de quien
ya no cree en la llegada de primaveras,
hay quien cae y no puede levantarse,
hay quien camina sin dejar huella.
Hoy escribo despacio. Las letras resbalan
como resbalan las ausencias
por esta piel que, a ratos,
se hace impermeable.
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