Te cambio tu lluvia
por este paraguas
de tejados y antenas,
por estas calles mojadas
de ausencias,
por estas manos que tiemblan
de calor.
Te cambio tu verde
por esta ceniza
que quema mis dedos,
por el gris velado
de este cielo,
por el negro veneno
de mi voz.
Te cambio tu mar
por esta gran vía
asfaltada en silencios,
por este río
sin curvas ni orillas,
por esta puerta
sin puesta de sol.
El rumor de esta ciudad
te cambia la vida,
y yo
no te cambiaría
por nada.
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