La lluvia hace de esta ciudad
muralla desde donde se defiende a muerte
del olvido y el desorden,
y extrañamente -calado hasta el corazón-
se va apagando el brillo de este verbo,
lo salvaje de su carne,
este encanto.
Será que la lluvia
me deshace en recuerdos
de otros tiempos,
me deshabita de pasiones, me desarma,
me deja solo -calado hasta el corazón-
apoyado en la barandilla del puerto,
esperando nada.
Y es la misma lluvia que hace de las olas
gigantes que incendian mi retina
al romper en el muro del paseo,
pero esta noche sólo deseo el temporal
que hace que ella se refugie
.............................a mi lado
bajo este paraguas.
Hasta el título es perfecto.
ResponderEliminar"pero esta noche sólo deseo el temporal"
Lo dices todo en ese verso.