Hoy no hay oscuridad
en la postal de mi ciudad.
en la postal de mi ciudad.
Suave frío el que roza al rayo de sol
mientras la hoja se acomoda en las aceras
y las nubes permanecen adormecidas
en la monotonía.
El marrón es el color de las tardes
y el de la noche el destello del freno de un coche.
El olor a castaña dobla las esquinas
mezclándose con el sonido de las calles,
conversaciones, motores, rumores
y el tequiero del violín y su tango.
Entretanto, una pareja baila en la plaza,
sus bancos son el blanco
del deseo de los enamorados.
Las carteleras y neones de la Gran Vía
invitan atardeceres con aroma a café amargo
y caricias en las manos en butacas sin numerar.
En estos días los besos saben a bar,
y los que están por dar se asoman
bajo la manta de un sofá.
Hoy no hay oscuridad en esta postal.
Nada es gris en Madrid.
Y los dos, testigos desde este balcón,
nos abrazamos sin hablar.
Sin hablar...
ResponderEliminarTE QUIERO se expresa ya por si sólo,
shhhhh, calla, no lo vayas a estropear.
Creí que ibas a estar tiempo sin escribír.
Besos, jswy.