Me dañan los silencios
cuando trato de escuchar el eco
de un rayo de sol de agosto
llamándome
-me cansé de esperarte, decía-
Es como la indiferencia de los pasillos
de la línea 2 del Metro
si esa tarde no hay cantante,
como el taxista en los callejones del centro,
como un beso mirando al cielo
o el bostezo cuando te hablo.
Me duele casi todo.
El semáforo cambió a verde
y no te mueves. No me mueves.
…te has cansado de esperarme, te dije.
Gracias por pasarte por mi pequeña aldea de sentimientos y por dejarme pasar al tuyo.
ResponderEliminargran descubrimiento, sí señor!
me pasaré de vez en cuando por aquí.
besos
Laura