jueves, 1 de octubre de 2009

.: Cruzando la plaza :.


Escuece la herida
de la fugacidad de los nombres
con solo rozar la siesta de la memoria,

duelen las tardes oscuras
que danzan en el marrón de la hoja muerta
antes de estrellarse contra el sueño
de las manecillas del reloj,

calles sin nombre, deshabitadas,
huérfanas de milagros
que contar a las generaciones
que aún están por venir,

soportales de un solo sentido
que no saben del amor,
adoquines que detienen el paso
de quien quiere olvidar…

Camino por la Plaza
y mi sombra asusta a las palomas
que rompen la paz de los balcones,

y a mi me espanta la soledad
de esta ciudad que agoniza
entre multitudes
que no quieren avanzar.

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