Nadie sabe que fue de aquel
amor.
Pregunté por la ciudad
que habitaba en cada
silencio,
por los sueños que agitaban las
calles,
por el desahucio sin nombres.
Y quise ser olvido y omisión,
el humo que se esconde del
incendio.
No pretendo instaurar en mi
el día del recuerdo, ni amar
a ráfagas
con la violencia de una noche
de martes.
¿qué fue de aquel amor?
Nada es más incierto que el
siguiente paso,
que el verbo amar,
que la
calma
que responde cada pregunta.
Hay más verdades en su
presencia
que en las huellas retenidas
en el aire.