Hay días que no son días
y hay lunes carnívoros
de domingos sin hambre,
sin ganas de verme
ni de tocarte frente a un espejo,
hay días que no son lluvia
pero la tormenta acecha
en el techo del pasillo de un martes
mientras hablo contigo de paraísos
y de huidas,
de cómo abrir las cajas de cartón
de tu nuevo hogar.
Puede que éste no sea el mejor
de mis momentos, ni que los días
pacten con estas alas mojadas,
pero por las arterias
siguen fluyendo nuestros nombres
como coches perdidos en la ciudad.
Magnífico Antonio, magnífico. Me ha emocionado ese diálogo íntimo e intenso del yo literario con un tú receptor de todos los deseos. Gracias por compartir. Me alegro haber llegado a tiempo en esta entrega.
ResponderEliminarUn abrazote amigo
Gracias Tino...
Eliminaren breve volveré a tus habitáculos
Una vuelta desgarradora, como todo lo que merece (o un día mereció) la pena.
ResponderEliminarHay días que son noches, y noches que desearíamos que fueran días.
Pero mientras los versos fluyan por tus arterias, los días que te leo ya no serán perdidos.
Un besazo!
Mónica, hay días en los que se necesita escribir...aunque hayan pasado meses sin hacerlo...
Eliminarbesos, muchos