Es el tiempo el que hace crujir
la madera de las escaleras y no mis pasos,
ni el peso de la historia aferrada a la barandilla:
una guerra, dos nacimientos y una extraña soledad
habitan el rellano del segundo piso.
Doblar un camisón y una falda de tablas sin estrenar,
sacudir un sombrero borsalino,
descubrir cartas amarillentas en un altillo
que revelan dudas y amores en tiempos inciertos
-y aquella otra que nunca recibieron los Reyes Magos-
ojear los sellos del centenario del ferrocarril,
cerrar cajas y llenar bolsas…
Deshacer un hogar después de setenta años,
colgar el cartel de se vende…
¿qué queda de ese olor a naranja y de esos aviones de papel?
cruje la madera…
¿por qué no subí más veces estas escaleras?
la madera de las escaleras y no mis pasos,
ni el peso de la historia aferrada a la barandilla:
una guerra, dos nacimientos y una extraña soledad
habitan el rellano del segundo piso.
Doblar un camisón y una falda de tablas sin estrenar,
sacudir un sombrero borsalino,
descubrir cartas amarillentas en un altillo
que revelan dudas y amores en tiempos inciertos
-y aquella otra que nunca recibieron los Reyes Magos-
ojear los sellos del centenario del ferrocarril,
cerrar cajas y llenar bolsas…
Deshacer un hogar después de setenta años,
colgar el cartel de se vende…
¿qué queda de ese olor a naranja y de esos aviones de papel?
cruje la madera…
¿por qué no subí más veces estas escaleras?
Me recuerda a cuando vaciamos la casa de mis abuelos... fechas estas para recordar a los que ya no están. Un beso grande, con abrazo. Ellos celebran desde otro sitio, seguro.
ResponderEliminar¿Qué pasa con esas cañitas? :D
Gracias Mayte por pasar por aquí y en este en concreto....fechas para recordar a los que ya no están...eso es...
ResponderEliminarGracias por este comentario, gracias.
un beso y un abrazo....
¿qué pasa con esas cañitas? jejeje