He vuelto a cambiar de ciudad y de nombre,
de creencias y de cielo, pero no de mar,
que sigue durmiendo a mi derecha
en esta cama de ochenta.
Cambiaron las paredes, la moqueta del suelo
el olor de cajones y sábanas, el precio de los canales de pago,
cambió el café espresso del desayuno
y hasta la forma de mirarme
en el espejo del cuarto de baño al despertar.
Y ahí descansa mi maleta, aún sin vaciar,
resistiendo a todos los golpes,
a todos mis cambios.
Buenos días Desconcierto!!
ResponderEliminar¿Será el Mediterráneo?
Da igual donde te halles,tus sentimientos te siguen allá donde vayas
Un abrazo
ES el Mediteráneo...tu Mediterráneo.
ResponderEliminarGracias!