Me he traído
el mar,
silenciosamente el mar,
y lo dulce de una lluvia
que enredaba algas
en la impaciencia del viajero
que vuelve a pisar lo que conoce.
Atrás dejé voces en otras lenguas,
caminos que tocan el fin del mundo,
atardeceres en muros de piedra
que encierran una verdad,
la mirada de quien se entrega
al milagro de los días.
Y recordé rincones
recorridos en otras vidas
-cuando todo era más sencillo-
...y quise que vieras
lo que yo veía.
Me he traído el mar. Y ahora reviso
que todo sigue en el lugar donde lo dejé.
Y ya está bien que esté todo en su sitio... Besos
ResponderEliminarBuenas noches y bienvenido a tu casa!!
ResponderEliminarQué bello es el camino que hay que recorrer,cuando lo miras con ojos de viajero,sonriéndole al mar,paseando por su arena con la vista en el horizonte,pensando ya,en las calles que te faltan por recorrer.
Un abrazo
Parece que esos días de brisa y mar hayan cumplido su función..me alegra que tu mundo siga ahí..me alegra siempre saber de ti..ya lo sabes..el tiempo nos ha convertido ya en viejos amigos..y se te quiere..
ResponderEliminarsanti
La vuelta a lo cotidiano, plasmada con melancolía y con ese estilo tuyo que tanto nos gusta. Un abrazo, artista.
ResponderEliminarCon mucho retraso os contesto...la vida va rápido y no hay apenas tiempo para lo que realmente merece la pena...
ResponderEliminarGracias de nuevo por sefuir entrando por aquí, por dejar vuestro tiempo en cada comentario.
Mayte, caerán esas mil cañas que te debo.
Estrella, me he acostumbrado a tu paso. Te lo agradezco.
Anónimo no tan anónimo...siempre juntos, aunque haya distancia entre los dos. Gracias, qué grande eres.
Tocayo, que me alegra mucho, de verdad, verte por aquí.