Como muro que de piedras crece,
y de musgo y enredadera
se viste de tiempo,
suavizando sus ángulos,
protegiéndonos
hasta hacerse ruina
bajo nuevas ciudades,
así es esta piel
que se hizo de su piel,
vistiéndose de promesas,
de encuentros y huídas,
de arañazos y besos,
suavizando, moldeando su carne,
su leyenda,
hasta ser polvo
ceniza bajo nuevos nombres.
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