Vuelves a fumar
y yo vuelvo a la ciudad que habita en mi,
a los días que se prolongan extrañamente,
a la costumbre de no rozar tu espalda.
Y vuelvo a buscarte, ya lejos del mar,
y me tiendo a tu lado para ser el fugitivo
que huye de las palabras y de las tardes,
de las horas que no existen sin ti.
Porque ayer tan sólo fue suspiro, un milagro,
la inauguración de la estación del frío,
de las ganas, del idioma que se aprende
al caminar por un supermercado
o al compartir el hueco de un cajón.
Y aquel mar de luces sigue temblando
pero yo vuelvo a ser el mismo,
ese que alquila el tiempo a los relojes
mientras tú fumas en las escaleras.
Simplemente genial :)
ResponderEliminarBesotes.
Hola Desconcierto!!
ResponderEliminarY vuelve la rutina,los días,el despertador,el café,y la puerta para decir adiós a una cama vacía.
Fue como si de un relámpago se tratase,y nos envolvió en su luz,durante unos segundos hasta que regresamos a la pura realidad y se acabaron los sueños compartidos.
Es lo que he pensado al leerte Desconcierto,tú verás si me fui por los Cerros de Úbeda,jaja,pero a veces pasan cosas maravillosas y esas son las que perduran en el corazón y siempre vuelves a recordarlas.
Un abrazo
Volvemos....pero no habrá cigarro en las escaleras. Muy bonito, lo k h podido entender, ya sabes k no estoy muy lúcida. Beso
ResponderEliminarMe pregunto cómo funcionará eso de alquilar el tiempo... cómo de permanentes serán esos contratos.
ResponderEliminarYo también aprendo demasiado en los pasillos del supermercado, a oler sobretodo.
Si el frío no llega tendremos que crearlo nosotros ¿no? Ya estoy aburrida de los pantalones cortos, quiero un buen jersey de cuello vuelto que me llegue hasta la nariz.
Como siempre, un placer.
Besos