viernes, 27 de noviembre de 2009

.: Escuchando a Ismael Serrano...

... hoy me acordé de ti :.

Esta vez dejo por aquí dos canciones de Ismael Serrano...

Ismael Serrano“Vuelvo a Madrid”



Agárrate de mi mano,
sabes que no aguanto los aterrizajes.
Desde lo alto distingo,
entre un mar de luciérnagas,
mi pequeño barrio.
Amigos canallas estarán, puntuales,
cerrando los últimos bares.
Tocamos la tierra.
Ay, niña, te estrujé la mano.

Lavapiés nos recibe,
fruta de narguile,
explosión de color.
Una mujer reza y llora desde un locutorio.
¿A quién se le ocurre
vivir tan arriba
sin un ascensor?
Malditas maletas.
Pienso en la mujer.
También lloro.

Soy afortunado.
Yo siempre vuelvo a Madrid.

Escucho mensajes:
los viejos colegas de la facultad
hicieron la fiesta de la primavera
y yo, como siempre,
me la perdí.
Ciudad de mis noches,
del viento del pueblo,
de la resistencia,
del No pasarán,
¿qué hiciste en mi ausencia?
Dime que te acordaste de mi.

Abro los balcones,
te beso, el murmullo de las lavadoras
se mezcla con ritmos,
darbukas, bachatas e incienso.
Maldita ciudad, no es tu mejor momento
y aún estás hermosa.
He de confesarte que te eché de menos.
Agarro la guitarra
y canto para ti.
Qué bueno estar en casa.
Vuelvo a Madrid.

Ismael Serrano“Vine del Norte”



Vine del norte buscando una canción y una cruz,
y allí se cruzó un cometa, y en su estela estabas tú.
En Madrid seguiría lloviendo, triste como lo dejé,
y en Santiago con tus luces y su Noviembre me quemé.

Y fue después de un concierto, una noche en tu universidad,
allí te encontré de nuevo, "Hoy te invito a carretear".
"Acepto gustoso tu oferta, sólo con una condición:
que no se acabe esta noche y que no me enamore yo".

Andando por La Alameda, tú me empezaste a contar
causas, azares y luchas, en estos días y al pasar
por delante de La Moneda, tú tarareaste a Jara.
Me miraste, "Así tan duro, tienes un aire a guevara".

Y entramos en un bareto, y allí alguien cantaba a Fito.
"A este paso me enamoro, sólo me falta otro pisco".
"Déjate de historias, súbete ahí, y cántame una de Silvio".
"Sólo si me das un beso", y todos cantaron conmigo.

Salimos del bar borrachos, agarrados de la mano,
y en la calle como siempre jodiendo andaban los pacos.
Tú les gritaste "¡Asesinos!", y los dos echamos a correr.
Tú reías, y en tu risa yo me veía caer.

Pero, "¿Dónde has estado este tiempo? Se hace tarde, vete a casa",
y en tu abrazo a lo lejos, creí oír a los Parra,
cantando para nosotros. Será mejor que me vaya.
Ahí quedé, solo, gritando, sin ti, "Te recuerdo, Amanda".

"Te recuerdo, Amanda".

Al tiempo llegué a mi norte, con una canción y una cruz,
con la estela de un cometa, con tu mentira y con tu luz.
En Madrid seguía lloviendo, tal como lo dejé,
y en Santiago tantas cosas, hoy me muero por volver.

Hoy me muero por volver.

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