Nace el día con la urgencia
de una luz que lleve tu nombre
y que marque mi piel
como aquellos días
donde nada nos hacía
presagiar derrotas,
soy consciente de mis tardes,
y de la verdad de mi insomnio,
de esta nube donde te imagino
ofreciéndome el milagro de un sueño,
y apareces justo cuando el oxígeno
y los pulmones viven en la indiferencia
del acto reflejo y la vida es un rumor
de llaves en una casa deshabitada,
sabemos que la ley de la gravedad no existe
donde se rozan nuestros dedos
donde se rozan nuestros dedos
y se mezcla la saliva de los abecedarios
Porque contigo
cualquier caída
es siempre un acierto...
...Y nace el día con la urgencia
de una luz que lleva tu nombre...
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