Como faro
que no se inmuta
ante una galerna,
que permanece en el tiempo,
eterno, indestructible, hipnótico,
tú ahí arriba,
entre las cortinas
y la luz de tu salón,
agitando tu mano desde el ventanal,
protegiéndome de la niebla de este día,
advirtiendo
que el futuro está cerca,
en estas calles.
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