Ocho horas
oyendo hablar de cifras,
inversiones, gastos,
hitos de proyectos,
de rendimientos y potencias
y de alguna triste conversación
de personajillos con corbata
que se arrastran buscando medallas
con anglicismos estúpidos...
Y el amor
escondiéndose
en la destructora de documentos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Déjame tu comentario, me gustará leerlo ;)