Siempre
me asustaron los silencios,
las luces que se apagan
antes de soñar,
el sonido de la puertas
cuando tú te vas.
A veces
me inquieta la soledad,
los ojos que evitan
el brillo de la verdad,
la sonrisa de la gente
al pasar.
y esas tardes
que pasábamos sin hablar
mientras la polilla
chocaba con la bombilla
de nuestro cuarto de estar.
me asustaron los silencios,
las luces que se apagan
antes de soñar,
el sonido de la puertas
cuando tú te vas.
A veces
me inquieta la soledad,
los ojos que evitan
el brillo de la verdad,
la sonrisa de la gente
al pasar.
y esas tardes
que pasábamos sin hablar
mientras la polilla
chocaba con la bombilla
de nuestro cuarto de estar.
Y por rachas
me comía el mundo sin aliñar,
y otras tantas
me convertía en baldosa
que se dejaba pisar
Otros días
sin motivo, aparecía la risa
bebiendo o sin beber,
fumando o sin fumar,
y otros muchos
sin motivo, no dejaba de llorar
y esas noches
que pasábamos sin hablar
y espalda contra espalda
yo mojaba las ganas
en el café al desayunar.
La alegría
iba y venía por barrios,
y mientras tu tirabas del carro,
yo me emborrachaba
en cualquier bar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Déjame tu comentario, me gustará leerlo ;)