Se escuchan claros
los latidos del olvido,
cuando todo es efímero
y nada está por comenzar.
los latidos del olvido,
cuando todo es efímero
y nada está por comenzar.
No hagas ruido y déjame escuchar.
Es el ritmo del camino perdido,
que ya no consigo situar
en los mapas de tu cuerpo.
Es el no sostenido de un silencio.
Podías haber sido proyecto,
cimientos, edificio entero.
Un tequiero para tres.
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