Tras los visillos la esperanza,
y bajo la alfombra
el recuerdo de una caja de música y su vals,
el cenicero rebosa la ceniza
de un beso a destiempo con alquitrán,
en el ropero una camisa sin ojal,
tras la puerta una antesala sin alma ni zaguán,
tras la puerta una antesala sin alma ni zaguán,
y el pasillo es un túnel de metro
no hay balcón con vistas al mar
Pero tras los visillos, la esperanza
de un palacio por llenar.
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