Voy escribiendo sombras,
cuando los jardines mutilados de presencias
se cubren de escarcha
y los coches olvidan los kilómetros recorridos
en viajes sin souvenirs ni postales.
Es la indiferencia
de los días en los que arrecia el viento
y amainan los sentimientos.
La vida bailando sola en una baldosa.
El silencio que destroza tímpanos.
Y sordo de ti
sigo escribiendo las sombras
de los relojes compartidos.
En la mesilla,
el libro que murió sin ser abierto
y bajo la almohada
un oceáno de sueños rotos.
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