La tempestad
no sabe de bahías
ni de playas
y golpea fuerte,
sin piedad
hermosa
la fotografía de La Concha
y su vendaval
espuma de mar
que trata de huir
buscando la paz
olas que juegan a ser Dios,
mareas que remueven
la arena de este corazón espectador
la tempestad no conoce la calma,
no hay peine para estos vientos
se paró el gran reloj
se apagaron las farolas de la rampa
ni un alma llega de la Parte Vieja
y yo respiro el temporal
apoyado en la barandilla del Paseo
hermosa La Concha
y su vendaval…
…el taxi puede esperar
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