En el jardín, el árbol incompleto
talla su corteza con el filo de los huracanes
y crece solitario a la intemperie
del verbo amar,
pasa, no te quedes fuera,
es en el rellano donde todo
se hace incierto y mienten los timbres
que encienden la soledad,
cuéntame cómo te fue
ahí donde los mapas
acababan en infinitas cascadas
y sólo hay vida en la memoria
del silencio de las piedras
quedó ya muy lejos
la simetría de los cuerpos
que se enredaban con la certeza
de un amanecer que incendiaba la vida
pasa, hablemos del tiempo
que tuvimos, de los nombres
y de lo que queda de nosotros
en esta ciudad vacía de árboles …
y en el jardín, el árbol incompleto
duda del valor de su existencia
y de las promesas memorizadas
bajo la sombra de sus anillos.
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