Si ayer te llamé
fue para mantener el equilibrio
de los días de vértigo
antes de apagar la luz de la mesilla de noche,
deshacer las sombras
que aún recorren el pasillo hasta el sofá
y descubrir que puedo contar hasta diez
sin tu matemática sencillez.
Pero ya no contestas cuando presientes
el fuego cruzado de la incógnita de las fechas,
la calidez de la palabra que acaricia tu oído.
Si hoy te llamo
será para desequilibrarme un poco más
sobre esta cuerda tan floja como los días
que caducan sin la sombra de tu voz.
Te cuento que me encantan tus letras, y que espero escucharlas algún dia con su musica y sus cosas. Este es un lujo de poema.
ResponderEliminarSinceramente descubrí este blog por casualidad y me encantan tus letras, geniales. Pasate por el mío y me comentas y tal. Un saludo
ResponderEliminarGracias Antonio...lo de la música, difícil, pero no imposible....igual un día doy un saltito
ResponderEliminarun abrazo!
MARTA, gracias por entrar y dejar tu comentario!