Los pasillos de un hotel
guardan el frío que deja el silencio
de la pregunta sin respuesta,
caminar por ellos es intuir una vida,
negociar el compromiso
de quien no quiere ver el mundo
a través de su ventana,
ser uno más a las dos de la madrugada.
La alfombra azul es antesala
a una voz que se diluye
ante la soledad del paisaje de un cuadro,
y a los lados puertas que encierran
la verdad de una mentira,
puertas que cada noche
escuchan el pensamiento del viajero
que, vencido, duerme esperando respuestas.
Hoy soy aquel viajero
que camina buscando sus otras vidas
detrás de una puerta.
Tendría que venir mas veces por tu espacio y viajar por estas buenas letras. Un abrazote. Tino
ResponderEliminarHace mucho que viajaba por tu ciberespacio. Que descripción tan poética de lo que uno siente cuando anda de hotel en hotel....como te entiendo.
ResponderEliminarTino, amigo
ResponderEliminarla verdad que poco tiempo tenemos para nuestras aficiones...te sigo, siempre....
un abrazo y gracias
ISIS ¿cuántos hoteles conoces? unos cuantos ¿eh? cuántos pasillos, cuántos bares, cuántas ciudades....
ResponderEliminarlos pasillos, para mi, son mágicos...
besos y gracias por pasar de nuevo