Se sumerge la tarde
en el letargo en el que vivo
y se enreda en sueños
que nunca llego a descifrar,
ni con el paso de la vida,
ni con la experiencia que se presupone
al viajero cansado.
Es la edad la moneda que vuela
y cae ocultando su cara,
escondiendo palabras
que no quiere esconder,
disimulando expectativas, sueños…
Y yo me hago más viejo, más esquivo,
y me desentiendo del rayo de sol
cuando el frío se está colando por las sábanas.
En esta tarde de letargo
busco una ciudad
por la que no pase el tiempo
ni juzgue el cansancio de una mirada
sin saber de los miedos que pueblan estas manos.
bonito, me huele a melancolía,eso que se te da también describir.....aunque ya sabes lo que pienso...ánimo...ánimo, mañana estará....
ResponderEliminarun besote!!
es otoño...y todo huele a melancolía...
ResponderEliminargracias por pasarte anónimo