La convicción aparece
al abrir los brazos y cerrar los ojos,
al dejar volar sin alas los sentidos
y no tener vértigo a la altura de unos labios.
al abrir los brazos y cerrar los ojos,
al dejar volar sin alas los sentidos
y no tener vértigo a la altura de unos labios.
No hay miedo a la caída desde el sabor de un beso.
Dejar que todo fluya y que el alma intuya
que es tiempo de cambios. Tiempo sin prisas.
Tiempo donde se pare su tiempo.
Que, despacio, todo surga… y resurja.
Y se descubran colores por inventar
sabores que moldean sonrisas,
acordes para esta nueva melodía.
entrelíneas me disfrazo de tequieros
y yo no quiero regalos con lazos
ni medios vasos de agua.
Yo quiero perderme en el agua de tu beso
y en el regalo del lazo de tu abrazo.