Sigo caminando por la ciudad
haciendo de
cada esquina
la
prolongación de la vida,
el lugar por
donde esquivar
mis errores,
mis tardes buscándote.
Y mientras,
sigo respirando,
en este mar
de antenas y ropa tendida,
tratando de
ver más allá de los nombres
y de la piel
donde anidé cuando dormías.
He dejado
huellas,
botellas sin
mensajes ni mareas,
he escrito
pasados en paredes
por si crees
preciso preguntarme
si la noche
era mi duda,
si ardían
mis manos
al subir
aquellas escaleras.
Debo
decirte, ahora que duermes a mi lado,
que todo,
todo mereció la pena.
Hola Antonio!!!!!
ResponderEliminarEs un lujo volver a leerte y con este poema, se demuestra, que al final, todo merece la pena, todo esfuerzo es poco, si el amor es la recompensa.
Un abrazo muy fuerte!!!!