sábado, 21 de abril de 2007

.: El balcón de La Perla :.

Desde el pequeño balcón de La Perla
todo huele distinto. Un regalo para los ojos,
para los sentidos que empiezan a despertar.


Abajo, en la plaza empedrada se distribuyen
las mesitas de las tascas. Hace sol
y la gente huye de la sombra primaveral.
La espuma de cerveza deja su firma
y desde aquí todo huele distinto.

Si miro a mi espalda las ropas y bolsas
se mezclan en la cama. Hoy nada importa.

Este pequeño balcón es toda una explanada,
un lugar donde respirar libertad y ganas.

Y todo huele distinto… a calles recién regadas,
a gallinejas y entresijos, a un beso con tabaco.

Y desde este cielo yo sigo observando.

Bajo los soportales los negocios familiares
luchan por seguir viendo este siglo,
mientras las razas se mezclan y, a veces,
ni yo mismo sé bien donde vivo.
A la derecha la torre del reloj
dicta el paso del tiempo y se nos hace tarde.

Amor, dúchate tú antes que llegamos tarde.

Y se nos hizo tarde.

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