...y soy lo que nunca creí ser
Los días pasaban despacio,
como ralentizados por tu llanto,
lentos, como el movimiento
de tus labios y manos,
reclamando besos y abrazos.
A cambio, eras mi alimento,
y hoy, lo sigues siendo.
y hoy, lo sigues siendo.
Tú, indefenso en mis brazos,
vulnerable a las noches de frío,
dándolo todo, sin saberlo, desde el inicio,
desde que cruzamos miradas en aquella sala,
desde que te abracé por primera vez,
y tu alma fue mi alma
...y mi calma.
Los meses pasaban,
viendo pasar todas las estaciones
descubriendo el mundo,
en forma de colores, voces y canciones,
y yo jugaba a descubrirte,
a cubrirte de caricias y atenciones,
a ser lo que nunca creí ser...
Han pasado dos años
y parece que todo sucedió ayer.
Te quiero Daniel.
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