Hostal en Plaza Santa Cruz,
donde el silencio de la noche
se rompe con el eco de unos tacones
apresurados como el rumor
que acababan de rondar.
Bares y tascas
y algo de contrabando para fumar.
Nadie en las calles, sólo la sombra
de los dos y lo que intentan pensar.
'Esta noche romperemos madrugadas.
Creo que voy a vomitar.
Juntaremos las camas
después de asaltar el minibar.
Siempre es lo mismo, siempre es igual'
Al salir el sol no recordarán
sus nombres. No les dio tiempo a soñar.
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