Hay soles que ciegan,
que marcan la piel con el falso bronce
de la serenidad de los días,
hay soles que eclipsan ese horizonte
que conduce el presente y escribe futuros,
hay soles que confunden y queman
haciendo de las noches refugio
de todos los instintos,
y hay soles como tú,
que irremediablemente dan la vida…
como siempre genial. me encanta este arranque existencial para luego transformarlo en metáfora dándole sentido al poema. Un abrazo. Tino
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