El túnel siempre deja pasar
la luz de los noventa
y el rumor del cansancio de los carteles
que anuncian el próximo concierto.
En el andén, en fila y sin billete, los recuerdos:
se masticaba el olor a vida subterránea
entre trastes de guitarra y silencios traspuestos,
un hábitat de pasillos y de baldosas desgastadas,
la emoción de la libertad sobre unas escaleras mecánicas,
nunca importaba el destino,
Argüelles, Tribunal, Bilbao, Sol
ni qué boca morder en la noche del viernes,
sólo el triunfo de poner voz y nombre a cada calle,
reyes hasta en la costumbre de las derrotas
cuando las prisas por vivir viajaban lentas
de vuelta en el vagón de cola,
y en cada estación un tren se perdía,
Nuevos Ministerios, Marqués de Vadillo, Pueblo Nuevo,
y de cada década una canción...
Aún hoy no dejan de sorprenderme
el puñado de monedas en una gorra,
los jóvenes que planean huídas en la línea 5
o el azar de poderme sentar a tu lado.
qué fue de todo aquello?
ResponderEliminaraguerrida nostalgia
recuperada nostalgia
amiga nostalgia
donde fueron aquellos azares que trajeron hoy estos recuerdos?
Fantástico poema. Me llegó cercano. Aquello de "reyes hasta en las costumbre de las derrotas /
cuando las prisas por vivir viajaban lentas / de vuelta en el furgón de cola" me pareció fabuloso.
Te leo otro día.
Buenas noches
Una vez más...Alucinante.
ResponderEliminarY como lectora de este blog te digo gracias. Gracias por poner día tras día cosas tan bellas.
Un beso
Gracias ELOY!! recuerdos que traen algunas rutinas, algunos olores, algunos lugares
ResponderEliminarun abrazo
Marta, de verdad que me alegra que te guste....gracias por tus palabras :)
ResponderEliminar