No sabía leer los labios.
Sólo interpretaba los besos
clasificándolos según su entusiasmo
siempre y cuando no se lanzaran al aire.
Es por eso que cuando te asomaste
a la ventanilla del vagón número cuatro,
mientras las vías se calentaban
y los pañuelos se agitaban al viento,
no entendí lo que decías…
¿ adiós para siempre ?
¿ volveré pronto a verte ?
Han pasado tres años
y sin noticias y ni rastro de ti.
Y en la retina difusamente
veo aún cómo mueves los labios.
Leer los labios....no cualquier labios, los labios precisos, los labios de sitios, de días y horas, insisto;los precisos.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, ya que hay esperanza de encontrarlos, no sabes bi donde ni cuando, pero seguro juran volver...
Te dejo mi cariño
doris