Naturalmente, así fue cómo llegaste
como la carta certificada al buzón
como el sol que entra al subir la persiana
o las nubes que cubren la tarde, naturalmente.
Naturalmente que no pretendía buscarte, no,
ni encontrarte, para eso existen las casualidades,
los destinos marcados, las vidas que se cruzan
…y los cruces de miradas en la parada del bús.
ni encontrarte, para eso existen las casualidades,
los destinos marcados, las vidas que se cruzan
…y los cruces de miradas en la parada del bús.
Si, allí estabas tú, y yo, naturalmente,
esperando el 45, pensando en nada
o probablemente en mañana
-así de rápido viajamos por nuestra mente-
Y allí estábamos los dos, ausentes,
y dos sitios vacíos salvaron la tarde.
Pero naturalmente el tiempo pasa.
Nadie pudo salvarnos
y antinaturalmente ahora viajamos
cada uno por nuestro lado
…y el 45 sigue rodando.
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