Son páginas en blanco
las que aprendí a leer en sus labios,
pausas que agrietan el azul de los días,
signos de interrogación
clavados
en mi frente,
páginas en blanco,
fragmentos de vidas
que visten de alma mis huesos
inventando existencias,
hoy soy el que destierra
cualquier recuerdo aprendido
en el precipicio de aquellos labios,
mañana el renglón torcido
de sus páginas en blanco…
Lo aterrador de la página en blanco y como llenarlo de nuestros silencios. Redondo. De esos para guardar y releer.
ResponderEliminarAbrazos
Como no escribo poesía, sigo extrayendo citas de libros y te apunto aquí algo relacionado y que nos dejó escrito San Agustín en sus "Soliloquios":
ResponderEliminarGracias a Dios aprendemos que a veces lo que creíamos nuestro nos es ajeno, y lo que creíamos ajeno es nuestro a veces.