El hotel cambió de nombre
y la calle Alcalá enmudece a mi paso.
Es extraño el rumor que me rodea
mientras te busco entre la gente de La Taberna.
Te veo sentada sonriendo, fumando, esperándome.
Dos tercios por favor, sin vaso.
perdona cariño, me he retrasado, un beso.
Hay lugares que siguen vivos
y saben como antes de ayer. Huelen bien.
Sonrío mientras te miro en silencio
y se para el tiempo. Se paró el tiempo.
El sonido del premio de la tragaperras
y la camarera brasileña me despiertan.
Caballeros, sus vinos rosados.
¿desean comer algo?
Afuera los municipales reparten recetas,
pero no hay problema, hoy vine caminando.
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