Se han cerrado de un portazo
mis siete vidas de gato negro,
han caído los castillos
levantando murallas e interrogaciones
que nada tienen que ver conmigo:
no soy yo el que ves doblando esquinas
en el pasillo queda veneno derramado
que asfixia cada paso que doy
¿quién cambió tu tarro de perfume?
¿quién tu forma de caminar?
y ahora llega el tiempo de invitarnos a bailar
aunque sea a tientas
como cuando bajabas escaleras de tres en tres
y un abrazo paraba el mundo para los dos…
ahora llega el tiempo de invitarnos a bailar.
¡¡Lo que hacen llorar tus poemas, uno tras otro, buff!! (Dicen los ópticos que es bueno para limpiar los ojos, pero ¡maldita la gracia!)
ResponderEliminar